En busca del abismo perdido

Crónica del festival 'The Abyss' realizado en Gotemburgo (Suecia) el 4 y 5 de noviembre de 2022 para la sección 'Come to the Sabbath' de La Caja de Pandora radio.

English version

Textos y fotos: Juan Sabbath (www.bsabbath.com)

En el libro Bienvenidos al Sabbath mencioné que la combinación de todos los elementos del metal deben estar en perfecta alquimia, pues:


«Es bien sabido que el metal es exigente: hallar el sonido original requiere mucha pasión y un profundo conocimiento del género, técnica y talento no son suficientes; además, reproducir ese sonido en escenarios es complejo y pocas veces se logran equilibrar los elementos requeridos: los equipos, los instrumentos, la calidad del sonido (y de los ingenieros), la acústica, la comodidad del local, el público, la disciplina de la organización, todo eso juega un papel indispensable para que surja la magia, si uno de esos elementos falla, todo puede echarse a perder (p. 244).»


Pero por encima de todos esos elementos tan difíciles de hilvanar, fue gracias a la experiencia y entrega de los organizadores del The Abyss festival que la magia del metal surgió con todo su poder en este evento. El festival es organizado por los dueños del bar The Abyss, el único bar de heavy metal underground en toda Suecia, lo que de entrada implica un sacrificio, pues siempre es más rentable venderse a la comercialidad que enfocarse en un nicho tan especializado y exigente como el del verdadero metal. Además, la magia tuvo “contras” y palos a la rueda que solo la pasión puede resolver: cancelaciones, aplazamientos y ataques de última hora no lograron afectar la solidez del evento que estuvo basada en una impecable organización y un cartel de bandas sin pierde.


El festival tuvo lugar en los estudios de cine de Gotemburgo, eso favorece la acústica, la comodidad y el ambiente necesario para los montajes escénicos de las bandas. Los ingenieros hicieron que todo el festival sonara perfectamente, a excepción de Ram y Deströyer 666 en donde el exceso de salida en las baterías hacía estridente el sonido. La técnica y el talento de todas las bandas pudo desplegarse con todo su poder. La excelente producción de sonido y un gran trabajo de logística, junto a la respuesta del público completaron la alquimia del metal y tuvimos dos brillantes días, en medio de un ritual que lleva muchos años pero que no se agota si todos esos elementos se conjugan.


Trial abrieron el festival aún con poco público como es habitual. Se enfocaron en su potente heavy metal para presentar su disco recién salido “Feed The Fire” (2022) y desplegar su técnica, en especial, en las guitarras.


Fueron el anticipo inicial de la calidad por venir, que solo aumentaría con Ram, banda que ha sabido usar las redes sociales para darse a conocer y que saben desensamblar y ensamblar lo mejor de Judas Priest (incluidos los rayos láser) para el goce de los fanáticos del género. En escenario son muy potentes y pueden ser cabeza de cartel en cualquier evento muy pronto.

El festival sigue elevando su calidad con Marquis de Sade, banda fundada en 1979 y recién reagrupada que ofreció una ambrosía musical de NWOBHM. Por eso he dicho que este festival no tuvo pierde. Un excelente nombre en homenaje a uno de mis escritores favoritos, es una lástima que el divino marqués no esté más presente en las líricas y el concepto de la banda. Sin embargo, tocaron el himno de heavy metal titulado “Somewhere up in the mountains” que señala la meta en mi vida hace mucho tiempo: un lugar retirado del mundo donde únicamente pueda escuchar todos mis vinilos y nada más.

Luego vendría Mortuary Drape. Los vi en Finlandia recientemente pero aquí tuvieron mucho mejor sonido, capturando la esencia satánica y compacta de su puesta en escena. Una banda muy significativa en lo personal, pues adquirí su EP “Into The Drape” cuando estaba recién publicado. Puedo decir que era de lo más satánico que venía saliendo de la segunda ola de black metal, solo comparable a Barathrum de Finlandia. The Abyss Festival nos trajo toda esa oscuridad de la mano de Mortuary Drape justo 30 años después de la edición de esta magnífica obra.

En la variedad está el placer, así que del NWOBHM y el black metal más oscuro, pasamos al death metal con Obliteration. Para ser la única cuota death metal en el día, estuvieron a la altura de los otros géneros. Una presentación compacta, con todo lo esperable del buen death metal.

Y la calidad seguía en aumento con Nifelheim. Estos demonios se comen el escenario por entero. En montaje y en actitud son insuperables. En The Abyss Festival tuvieron que reemplazar a pesos pesados del metal y lo hicieron con creces. Éxtasis de metal con actitud posesa, la cara oscura del metal, la que debe ser, de metaleros sucios y agresivos, destructivos y sin contemplaciones. Larga vida a los gemelos y su banda.

Natur nos regresa al heavy metal tradicional de gran calidad armónica y acople en el escenario. Sentí que los neoyorquinos no se sintieron acogidos por el frío público de Escandinavia, en contraste con la explosión incontrolada de los headbangers en Nueva York, pero están equivocados. Su presentación fue magnífica.

Cierra el primer día Watain, ya toda una leyenda por la construcción comercial que se hace tan fácil en este género pero que, en Watain, se basa en un compromiso auténtico por lo más extremo del black metal. Su presentación fue profesional y prolija en su montaje. Una aplanadora de blasfemias que rinde homenaje al metal sueco con versiones de Merciless, Bathory y Dissection. Prepárense en Suramérica.

El día sábado inició con el punto más alto del festival. A las 4 p.m. (una hora antes que el día anterior), pudimos apreciar la majestuosidad de Dark Quarterer. Un viaje épico musical de talento que conjuga lo mejor del progresivo con lo mejor del heavy metal para conducirnos al 'abismo perdido' de la música. Italia sabe de mitología épica, la tierra de las travesías de Eneas está condenada a producir bandas de gran nivel, no solo en lo conceptual sino también en lo musical pues es la tierra del más grande, del metalero primigenio, de Nicolo Paganini. Con esos pergaminos, Dark Quarterer simplemente dejó brotar el peso de su herencia y el escenario fue una captura emocional que difícilmente tiene parangón con algo que haya visto antes.

Los irlandeses de Sacrilegia, en contraste, anunciaron la cuota thrash metal que se avecina con una presentación contundente que subió las revoluciones del festival. La leyenda local Gehennah solo aceleró más los compases para que todos se desquiciaran con el tributo a Baco y al mosh. Tanto vértigo y velocidad solo conducen a Razor. Pero antes, Vircolac ondeó la segunda bandera death metal del festival con una pesadez que no desentona. Excelente death metal de pasajes oscuros. Luego de bajar al submundo de la muerte, la velocidad se toma de nuevo el festival con la navaja hambrienta de sangre. Razor estuvieron impecables y prometieron volver luego de cumplir el sueño de muchos fanáticos vikingos que no les habían visto por estas tierras.

Flames mantiene el reinado del thrash en el Abyss, gran tecnicismo Speed con muchos años de carretera que se notaron en el escenario. Luego un gran pasaje para descansar de tanta velocidad. Una gran decepción no poder apreciar el Worship Him junto al Blood Ritual como se llegó a anunciar en un principio. Pero ese bemol no afectó la calidad global de este gran festival. Calidad que se confirma con Whiplash y el culto al mosh renovado 40 años después. Además en plena forma ¡Qué deleite de thrash/speed nos brindaron los de Nueva Jersey!

Pero aún más velocidad era posible. Cerraron el festival Deströyer 666. Con un sonido un tanto reventado desde la consola, los metaleros pudieron desfogar el remanente de adrenalina a manera de cierre.


De las bandas comerciales, así hayan emergido del underground ya sabemos que esperar. De las bandas comprometidas con su arte y solo con su arte, sin factores externos sean políticos, comerciales o de otra índole, siempre tendremos la recompensa por dedicar tantas horas de nuestras vidas al acto de la música.

Lo mejor del festival en orden para quien escribe esta líneas fue: Dark Quarterer, Marquis de Sade, Mortuary Drape, Nifelheim, Whiplash, Razor, Flames, Obliteration, Natur, Watain, Gehennah, Sacrilegia, Vircolac, Trial, Ram y Deströyer 666. Usted puede iniciar al revés o por el centro y también será comprensible.


Juan Sabbath

Lund, 11 de noviembre de 2022